lunes, 11 de abril de 2011

CUANDO LLEGA LA LUZ AL PROCESO PEDAGÓGICO.

Durante mucho tiempo, el proceso pedagógico(de enseñanza y aprendizaje)ha estado y está teñido de emociones y pensamientos negativos entre el educador y el educando. Odios y broncas recíprocos conducen a generar un profundo malestar en el vínculo entre docente y alumno.Pues, una relación en la cual debería haber amor,tolerancia y respeto se torna en un lazo autoritario y desprovisto de paz, ya que el clima se torna denso y no hay espacio para suprimir la tirantez y la honda verticalidad generada en dicho vínculo.
Ante el panorama que antes se había descripto, es preciso repensar el vínculo entre el docente y el alumno para que el proceso pedagógico se lleve a cabo en armonía, paz y amor.¿Cómo se logra ello?, bueno, la respuesta a este interrogante consiste en:Aquietar nuestras emociones y pensamientos antes de que se suscite el encuentro educativo entre el sujeto que enseña y el que aprende, como una forma de ir preparando esa reunión a efectos de que ésta última sea productiva desde lo emotivo, espiritual y cognitivo.La idea de esto es que el proceso pedagógico sea realizado de manera eficaz y eso será así porque habrá luz en el mencionado proceso, ya que la densa capa de oscuridad que cubría el vínculo educador-educando ha sido totalmente disipada mediante la preparación previa al encuentro.¿Cómo se da dicha preparación previa?:Meditando, relajándonos,imáginándonos que el encuentro docente-alumno será provechoso, que allí habrá armonía, paz y amor.Esta actividad la debe hacer tanto el docente como el alumno antes de que se efectivice el encuentro entre ambos, pues las dos parte están implicadas en el proceso pedagógico y ninguna es más preponderante que la otra, sino que están en pie de igualdad, o dicho en otros términos, es una relación simétrica la que se da entre el docente y el alumno(Esto se inscribe en el contexto de la Nueva Educación o Educación Holística).
Aprendamos a purificar los vínculos, pero no esperemos a que el encuentro se suscite sin habernos preparado con antelación, procuremos realizar una relajación y armonización previa(mediante la práctica del arte de meditar y aquietar la maraña de pensamientos y emociones).Solamente así, llegaremos a sorprendernos del fruto que se obtendrá en el proceso de enseñanza y aprendizaje, ya que todo resultado depende siempre de cómo se ha realizado una preparación que los antecede obviamente.Dicho en otras palabras,la causa es la preparación previa y el efecto es el excelente logro espiritual y académico de parte del alumno.Todo ello es absolutamente viable porque la preparación previa posibilita que la luz se ancle en el proceso pedagógico, y cuando esto ocurre, el vínculo docente-alumno ya no es autoritario, rígido y verticalista, sino que la relación se torna armónica, se da un ida y vuelta en el marco de una fluida interacción, ya no hay rispideces y ello repercute sobremanera en la mejora del rendimiento académico del alummno en las diversas áreas curriculares,además de permitir la cosecha de ricos frutos en el campo espiritual, dado que hay una Inspiración Hiperdesarrollada que brinda la chance de hallar una forma más refinada de internalizar conocimientos,sin limitación alguna.
Todo lo que hasta aquí se ha especificado no es utopía, sino que implica conectarse con una realidad y tomar conciencia de que la negatividad y oscuridad que se da en el proceso pedagógico tiene como factor causal al vínculo tirante y ríspido que se genera en el educador y el educando.Ante esto, hay que poner manos a la obra,procurando la disolución de todo aspecto que atente contra el desarrrollo armónico del proceso de enseñanza y aprendizaje.Solamente habrá armonía cuando la luz llegue a dicho proceso y lo envuelva,en cambio, si no procuramos ello,seguiremos estancados en la ya clásica antinomia que se da entre quien tiene el rol de enseñar y el que tiene la función de aprender.La idea central del planteo de esta nota radica en iluminar el proceso pedagógico a base de una preparación previa mediante la práctica del aquietamiento y la meditación, y solamente así lograremos cosechar los frutos anhelados(optimización del rendimiento académico y logro del bienestar espiritual).El secreto está suprimir las memorias negativas en la relación docente-alumno,borrando y limpiando todo vestigio nocivo.Este es todo un desafío, pero hay que empezar, y nada es imposible cuando se quiere, y cuando en verdad se quiere, se puede, porque se nos proveen los medios para llegar a las metas...

Lic.Luis Alberto Russi Gerfó.
www.pedagogiaholistica.com.ar

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