viernes, 10 de diciembre de 2010

Los Niños y jóvenes de hoy: La necesidad de una Nueva Educación.

Sin lugar a dudas, los niños y jóvenes de hoy, tienen otros intereses, otras necesidades cognitivas, y en virtud de ello es preciso plantear el requerimiento de una metamorfosis profunda en las prácticas convencionales y rutinarias del sistema educativo. Dado que el hecho concreto de la existencia de niños y jóvenes que presentan un elevado nivel vibracional y evolutivo resulta incongruente con persistir en el mantenimiento del “statu quo”, es decir de las prácticas pedagógicas que en la actualidad se consideran como detenidas en un tiempo que no es el de la juventud de nuestros días. Pero, hay que indagar sobre otros tiempos, sobre el pasado, para poder entender la realidad educativa actual (y a posteriori, concebir un nuevo estilo educativo, que permita formar a los nuevos jóvenes): ¿De qué derivan las prácticas pedagógicas del pasado que aún se siguen conservando en las escuelas? Pues la respuesta a este interrogante aquí planteado es: Dichas prácticas derivan de un concepto clásico de la infancia heredado de tiempos pretéritos, ya que el niño era considerado con estas atribuciones (endilgadas obviamente por el mundo de los adultos):
 El niño debía ser obediente: O sea, acatar lo que dice el adulto, sólo porque es la autoridad, porque tiene más experiencia, porque sabe más sobre la vida. El niño no podía cuestionar, solamente debía acatar órdenes (así como hace esto en la familia, también lo hará en la escuela).
 El niño debía ser dependiente: Pues, es indefenso, no puede valerse por si mismo, por eso debe ser dependiente.Si el niño obedece, entonces depende, motivo por el cual que entre estas dos atribuciones (obediencia y dependencia), hay una relación directa y lógica.
 El niño debía ser heterónomo: Si el niño obedece y depende, significa que no tiene capacidad de decisión propia, no tiene tampoco moral propia, por lo que su moral es la del adulto, o sea, que los conceptos sobre lo que está bien o mal son los que le traza el adulto, por lo que él no puede direccionar su proceder por iniciativa independiente. Vale decir que heterónomo es la antitesis de autónomo.
La concepción antes planteada sobre el infante resulta ser autoritaria, ya que la relación con el adulto implica una imposición, por lo que jamás se tiene en cuenta el interés del niño, sino que éste último debe obedecer ciegamente, sin posibilidad de ser escuchado o de cuestionar; en resumen, el vínculo niño-adulto esta teñido por autoritarismo y verticalismo. Esto se da en la familia, pero cuando el niño va ya teniendo la edad reglamentaria para ser admitido según las normas vigentes que regulan el sistema escolar, esta concepción se plasma en la institución escolar, dado que el niño tiene el rol de alumno, y el adulto ya no es el padre o la madre, sino el docente. Entonces, el lazo docente-alumno también tiene un alto contenido de rasgos autoritarios, ya que el maestro tiene el ( hoy por hoy, supuesto) monopolio del saber, por eso el mismo ( o sea, el docente como autoridad pedagógica frente a un espacio áulico) no puede ser cuestionado en el momento de transmitir su enseñanza, ya que su discurso pedagógico debe ser acatado por receptores pasivos de información ( los alumnos) que no pueden poner en tela de juicio ese conocimiento, como si éste último fuese un dogma o verdad revelada que no es susceptible de cuestionamiento alguno. Ahora bien, no puede encasillarse al niño y joven de hoy con el mote de “receptor pasivo”, puesto que éstos tiene otra vibración, revelan un grado evolutivo superior (ya sea esto en el plano mental como en el espiritual), pues tienen una actitud contestataria y se revelan ante las viejas estructuras y paradigmas, encuentra caminos distintos para solucionar un problema (esto se constata a las claras cuando se le presenta a un joven un problema para resolver empleando la lógica matemática, y halla la solución, pero no por las vías convencionales, sino por otras alternativas, que en definitiva constituyen la solución al problema antes planteado), demuestran interés o inclinación hacia nuevas formas de espiritualidad, no se relacionan fácilmente con chicas y chicos de su misma franja etaria ( sino que se lleva bien con gente que tiene más edad o tiene otro punto de maduración, ya sea a nivel espiritual, como intelectual), son afectos a la literatura, se relacionan de modo cómodo con las nuevas tecnologías que están en auge y sienten que la vida diaria de la escuela es un peso que deben soportar porque creen que el espacio escolar les brinda saberes que no están acorde con sus demandas.
Entonces, ante este nuevo panorama planteado, con niños y jóvenes que revelan las mencionadas características, hay que bregar por: “Nuevas formas de educación” que contemple “a niños como seres espirituales y no como receptáculos a los que hay que atiborrar de información” (Aisenberg y Melamud, 2004).
Estos niños y jóvenes son distintos a los de antaño, y esto es así porque “nuevos seres están llegando al planeta, con un nivel mucho más alto de conciencia. Vienen a ‘cambiar’, a construir, a echar por tierra lo obsoleto para enseñarnos una nueva visión de todo, con una nueva materia prima revolucionariamente obvia: El Amor” (Aisenberg y Melamud, 2004). Estos nuevos niños y jóvenes, sienten que la rutina escolar es tediosa y monótona, que la misma no está en sintonía con sus genuinas motivaciones, hasta algunos empiezan a sentir que el conocimiento transmitido por el docente ya lo tiene internalizado antes de acudir al establecimiento escolar, es decir que los niños y jóvenes que revelan un alto nivel vibracional (La Vibración Índigo), manifiestan tener ya consigo todo el bagaje de conocimientos que ellos requieren, por lo cual se aburren en la escuela, ven como innecesaria la necesidad de estar en la cotidianeidad de la sala de clases, porque tienen intereses que colisionan con la oferta de actividades y contenidos que les brinda el sistema educacional vigente, pues estos niños y jóvenes reclaman una transformación estructural en la Educación, porque sienten una profunda insatisfacción con respecto a los saberes que hoy por hoy les son impartidos por los educadores. La única forma de Educación que realmente puede satisfacer sus demandas e intereses, es la denominada Educación Holística, la cual contempla al sujeto cognoscente desde una faceta integral, desde múltiples dimensiones (es decir, emocional, mental, física y espiritual) y no desde una visión unilateral que considera a la mente de un alumno es una “tabula rasa”, en blanco, sobre la cual hay que depositar conocimientos y solamente eso, pues esta visión resulta ser fragmentaria, ya que considera al educando en tanto receptor pasivo de datos e información, pues nuestros niños y jóvenes de este tiempo ya traen consigo un nuevo código genético y espiritual que les permite deconstruir antiguas y tradicionales estructuras y construir aquellas que les posibilite la expresión y canalización de sus verdaderos intereses y motivaciones. Para lograr la transformación estructural del Sistema Educativo(es decir, la emergencia de un Sistema De Educación que sea congruente con los intereses de estos niños y jóvenes), deben tenerse en cuenta determinados lineamientos pedagógicos, para que tanto docentes, padres y alumnos sepan cómo desenvolverse en una nueva realidad educativa Dichos lineamientos, son los que se enuncian a continuación:
• Formación integral del Individuo (No solamente desde el hecho de impartir conocimiento enciclopédico socialmente útil, sino ampliando la Base Formativa, desde los Aspectos: Espiritual, Afectivo, Físico).
• Promoción de una relación horizontal entre el docente y el alumno ( es decir, no a la estructura vertical de relaciones como ocurre en las prácticas pedagógicas tradicionales)
• Darle la chance a los alumnos para que éstos pongan en juego sus talentos y capacidades innatas, en beneficio de la comunidad.
• Fomentar un aprendizaje a través de lo empírico, del ensayo y error, dejando de lado la usual y clásica repetición memorística y autómata que no permite el ejercicio de la capacidad racional.
• Brindar Talleres y Jornadas de Reflexión sobre Práctica Pedagógica para docentes, de modo tal que los mismos logren adquirir nuevas pautas para hacer más eficaz su labor diaria en el espacio físico del aula.
• Fomentar en los alumnos la capacidad de crítica constructiva sobre su propio proceso de aprendizaje, siempre con un único objetivo: Lograr la mejora continua de tal proceso, para ir ajustando sobre la marcha, e ir corrigiendo errores.
• Que los alumnos participen en actividades y eventos solidarios, que le permitan crecer espiritualmente, desde la ayuda y compasión por el semejante.
• Darle pautas a los padres, para que ellos sepan como conducirse adecuadamente con estos nuevos niños y jóvenes, para que sepan entender sus códigos, evitando las incomunicaciones e incomprensiones (que muchas veces suelen darse en el lazo padres e hijos).
• Concientizar a las familias que la Educación es un proceso que se inicia en ellas y no dejar que la Escuela resuelva falencias que muchas veces se producen en el seno familiar.
• Logar que Familia y Escuela se unan en el proceso educativo de estos nuevos niños y jóvenes, desde tareas articuladas.
• El docente debe ser un guía y facilitador del proceso de aprendizaje de sus alumnos, por lo que no debe imponer su discurso de enseñanza.
• El docente debe desarrollar estrategias didácticas basadas en la incentivación a que los alumnos desenvuelvan su aprendizaje en un clima de armonía, paz, equilibrio, en la necesidad de investigar y explorar según sus propias inclinaciones y motivaciones particulares.
• Lograr que el proceso evaluativo de los aprendizajes adquiridos no resulte una indagación inquisidora, sino un genuino diálogo, un intercambio de conocimientos, un coloquio sobre lo aprendido.
• Estimular a que los alumnos participen activamente durante el desarrollo de las clases, que compartan su conocimiento con sus pares, que no se guarden nada para si mismo, ya que hay otros que necesitan enriquecerse con el trabajo ajeno que es tomado como un genuino aporte y complemento para sus ideas.
• Promover el debate de ideas en clase, como un acto de compartir conocimientos y no como una disputa o competencia de quien tiene mayores saberes sobre una cuestión.
• Formar en las escuelas gabinetes holísticos, que permitan brindarle a los educandos, un acompañamiento psicológico, afectivo y espiritual a aquellos que manifiesten alguna problemática en especial, de modo tal que logren tener una contención.
• Fomentar la práctica de la Meditación, como una actividad espiritual vivificante y liberadora del estrés emocional.
• Alentar a que los educandos descubran su potencial creativo, desde el logro de una conexión interna con la Fuente Universal, dispensadora de todos los bienes, tanto material como espiritual.
• Enseñarles a lo niños y jóvenes de que existe una Dimensión Superior, más allá de este destino humano en el que vivimos cotidianamente.
• Fomentar en los alumnos una Verdadera Conciencia de que conformanos una Unidad, y no que somos entes separados (esto implica la superación de la conciencia de separación).
• Propugnar consignas de no violencia en el trato diario con nuestros semejantes.
• Crear una conciencia de que el Amor es una Fuerza que impulsa la Creatividad, la Inteligencia, la Unidad.


En líneas generales, estas fueron pautas presentadas, para la Nueva Educación, pero si se quiere ahondar más en este fenómeno, deben consultarse las siguientes fuentes bibliográficas, para ampliar el horizonte de la Investigación Educativa:

-Aisenberg, Sandra. Melamud, Eduardo: “Niños Índigo, nuevos seres para una nueva tierra”. Editorial Kier, Buenos Aires, 2004.

-Calgren, Frans.: “Niños Índigo”, Editorial Rudolf Steiner, Madrid, 2004.

-González Garza, Ana María: “Educación Holística: La pedagogía del siglo XXI”. Editorial Kairos, Barcelona 2009.

-Monachesi, María. Limoncelli, Bárbara: “Adultos Índigo. Un viaje de reconocimiento”. Editorial Kier, Buenos Aires, 2004.

-Sánchez, Gabriel: “Niños Índigo”. Editorial Deva’S, Buenos Aires, 2002.

-Steiner, Rudolf. “Fundamentos de la Educación Waldorf (Tomo II)”. Editorial Rudolf Steiner, Madrid, 2006.

Conclusiones Generales:

Nunca puede entenderse o concebirse una Nueva Educación para Niños y Jóvenes distintos de los de antaño, si primero no se analiza la raíz del modelo tradicional de enseñanza (basado en el concepto de infancia y sus atributos), para entonces pergeñar un modelo que sea adaptado a las nuevas conciencias que están emergiendo, con nuevas pautas y criterios pedagógicos, pues hay que entender el viejo paradigma, para poder crear uno nuevo, porque se parte desde el conocimiento y no desde la ignorancia. La Educación Holística ( La Nueva Educación) constituye un tema abierto, para seguir ahondando desde el Campo de la Investigación Educativa, para idear nuevos lineamientos pedagógicos que permitan una transformación estructural de lo convencional en la enseñanza, porque el desgaste se nota cada día más, porque las demandas son otras, y hay que entender que los nuevos niños y jóvenes no pueden ser educados con conceptos arcaicos, sino con criterios más flexibles e innovadores desde la praxis educativa diaria. Sin dudas, esto conlleva un enorme desafío, en el que debemos trabajar de manera multidisciplinaria, porque cada profesional tiene un aporte desde su formación e idoneidad, pues permitamos que la puerta quede abierta para seguir encarando nuevas investigaciones, que permitan delinear un nuevo estilo para educar. No se trata de criticar la actual estructura del sistema educacional, sino de trabajar intelectualmente para aportar ideas en aras de una Nueva Educación, Holística, que comprenda al alumno desde una perspectiva multidimensional (física, mental, emocional y espiritual).

Lic. Luis Alberto Russi Gerfó.
www.pedagogiaholistica.com.ar
www.facebook.com/russi.gerfo

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